Miércoles mañana: Recibo una llamada angustiada de una mujer que me cuenta que durante su relación ha sufrido mal trato físico y psicológico, que lo dejaron hace un tiempo pero desde entonces él la vigila y hace tres días la abordó en la calle, estando ella con su actual novio y hubo una trifulca.

Miércoles tarde: Vamos a denunciar a la Guardia Civil. Se abre protocolo de Viogen y se determina riesgo alto para la víctima, pedimos orden de protección. Se detiene a la ex pareja.

Jueves mañana: Juzgado de violencia. Declaramos ante la juez. No tiene en cuenta nada de lo que le narra la víctima de su relación (que hubiera denunciado en su momento) tan sólo el episodio de la pelea y como él dice que con ella no fue la pelea sino con el novio, pues no ve ningún riesgo, tampoco le interesa la situación de acoso e intimidación que está sufriendo, dice que no está probada a pesar de que le presento un testigo…no me lo admite…No se dicta orden de protección.

Comentario de la juez: “vaya gentuza tienen Vds de clientes…”, bastante desafortunado el comentario por no decir otra cosa.

El ex novio sale de Juzgado triunfante y riéndose.

Jueves tarde: Llego a casa a las 16:30 y me entero que la chica asesinada a manos de su ex pareja en Torremolinos era familiar de mi marido y entonces me pregunto:

-qué estamos haciendo mal como sociedad,

-qué les estamos enseñando a nuestros hijos,

-qué educación le damos a los niños y niñas para que convertidos en mujeres y hombres no sepan respetar al otro,

-qué valores nos faltan para que prejuzguemos por las apariencias

Todos, todos, todos estamos fallando…